lunes, 19 de octubre de 2015

India quiere paliar la escasez de agua con un faraónico proyecto para unir los ríos de todo el país

El plan, que ya se ha puesto en marcha en algunas zonas, pretende construir 15.000 kilómetros de enlaces fluviales y costará 168.000 millones de dólares, pero científicos y expertos creen que el Gobierno subestima los impactos para población y medio ambiente.
El jefe de Gobierno del Estado indio de Andhra Pradesh, N.Chandrababu Naidu, visitó la aldea de Pattiseema hace poco más de un mes. Llegó exultante. Tenía que apretar el botón que activaba la primera bomba de riego que liberaba el agua del Godavari sobre el Krishna, dos grandes ríos ahora conectados. “Estamos haciendo realidad algo de lo que otros sólo hablan”, dijo el político con la sensación de quien cree que entrará en los libros de Historia. La inauguración formaba parte del proyecto colosal de unir mediante canales 37 ríos de todo el país, una medida que tiene entre manos el gigante asiático desde hace décadas y que ya ha puesto en marcha con el objetivo de paliar uno de los grandes problemas de India, la escasez de agua; pero al que ambientalistas y gran parte de la comunidad científica se opone por su alto coste ecológico y humano. 
La gestión del agua es el gran quebradero de cabeza de los agricultores, que suponen la mitad de la fuerza laboral del país y un 15% de su PIB. Las épocas de sequía o los periodos de inundaciones suelen acabar con las cosechas, lo que lleva a los campesinos -desesperados por sus ingentes deudas con prestamistas privados- a tomar las decisiones más drásticas: en las últimas tres décadas, unos 300.000 agricultores se han suicidado, según la Oficina Nacional de Estadísticas de Delitos de India. “Cada río es único en sí mismo y sólo puede llevar el agua que decidieron las características de su cuenca y su clima”, dice a este diario Latha Anantha, directora del Centro de Investigación de Ríos, que considera un “error ecológico rediseñar por completo la geografía y el caudal de los ríos”. 
El problema de raíz, apunta la doctora Anantha, es entender el agua como un recurso exclusivamente para uso humano. Y eso ha conducido a la otra gran cuestión a la que se enfrenta India: no sólo se trata de la cantidad de agua, sino de su calidad. El Ganges, el río sagrado del hinduismo, del que se nutren cientos de millones de personas, es uno de los más contaminados del mundo. En él acaban las aguas residuales de buena parte del norte de India. Más de dos tercios de esos residuos provienen de sólo un centenar de pueblos y ciudades, que generan 3.600 millones de litros al día, cuando la capacidad de las 55 plantas de tratamiento es de apenas 1.000 millones.

¿Y tú qué opinas de todo esto?. ¿Conoces casos parecidos en el mundo?.

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