
Da la impresión de que en la economía europea, en especial en los países que forman la "zona euro", el dilema está servido: ¿qué es mejor: disminuir drásticamente el gasto para reducir el alarmante déficit público o poner el énfasis en hacer las reformas que permitan aumentar el crecimiento económico y así, especialmente en España, poder reducir las preocupantes cifras de desempleo existentes?.
Hasta hace pocos años el aumento en el gasto público era una receta keynesiana usada frecuentemente, y con éxito, cuando se trataba de estimular la economía y aumentar el empleo. Hoy, después de la crisis financiera internacional de 2008, parece que "puede ser peor el remedio que la enfermedad" si no se calcula muy bien hasta dónde debe llegar ese déficit público.
Por tanto, se hace necesario buscar un equilibrio entre controlar el gasto y aumentar las inversiones que conduzcan a un crecimiento positivo.
Muchos de nuestros políticos dicen que toca "apretarse el cinturón" y no dudo que tengan sus razones pero a este paso algunos nos vamos a quedar "sin cintura": ¿no habrá que exigir bastante más a quién más tiene y, sobre todo, a quiénes se han enriquecido especialmente en los últimos años?.